Ya no había marcha
atrás, ya habíamos hecho la transferencia de la señal, y ahora había que
encontrar la forma más económica para traerlo hasta Madrid lo antes posible,
Así que empezamos a mover hilos a la vez que buscábamos también un nuevo motor
para el panda y nos informábamos de todo el papeleo necesario para transferir
el coche, ya que queríamos aprovechar el viaje para dejarlo todo firmado. Poco
a poco las cosas iban saliendo, a través de mi empresa tuve acceso a una
gestoría que nos prepararon gratuitamente todo el papeleo. Andoni consiguió que
el hermano de un amigo suyo se comprometiese a prestarnos un remolque para
trasladar el coche, y también encontramos un motor a buen precio, eso sí, en
Santander. A priori, solamente el hecho de que el motor estuviese en Santander
sería un motivo para descartarlo, pero el hombre insistió que además del motor
nos regalaría un montón de piezas (motor de arranque, caja de cambios de 5
marchas, embrague, etc…), Así que parecía buena idea alargar el viaje y pasar
por Santander a recogerlo. Así que este era el viaje que teníamos ante
nosotros:
1000km en un día. Y
ahí fue cuando nos surgió la duda, ¿Podrá la Citroën Nemo 1.4hdi de 75cv
hacerse los 500km de vuelta tirando por el remolque y el panda? Y lo que es más
importante, ¿es legal?. Echando cuentas, buscando información y preguntando a
gente de nuestro entorno nadie nos lo aconsejo, así que había que buscar una
alternativa. Una vez más, tuvimos la suerte de que un gran amigo (gracias
Regino!) se ofreció a prestarnos su Opel Frontera 2.0i, eso sí, nos avisó
varias veces que andaba poco y gastaba mucho, pero era perfecto!
Así que preparamos
el viaje para el 5 de julio. Acordamos pasar a recoger el motor por Santander a
primera hora de la mañana y el Panda al medio día. En este punto, las cosas ya
no parecían ir tan fácilmente como antes. El hombre que nos vendía el motor era
bastante reacio a que pasásemos a recoger el motor a primera hora del domingo,
ya que por lo visto el día anterior era su cumpleaños y lo iba a celebrar con
una cena, pero le hicimos entender el viaje que teníamos en un día (el lunes
trabajábamos), así que a regañadientes accedió.
Todo estaba listo,
ya era día 4, fui a casa de mi amigo a recoger el Frontera, y después a casa de
mi suegra para recoger a Andoni e irnos
a por el remolque, pero todavía no habían conseguido contactar con el dueño para
que nos llevase hasta su finca a recogerlo, así que al sofá y esperar a que le
localicen… 4 de la tarde, las 5, las 6…
nada, no había forma de localizarle. Andoni confiaba en que era cuestión de
tiempo, que el hombre se había comprometido y había acordado que le llamaríamos
hoy para que nos llevase a recogerlo, así que seguimos esperando. 7, 8, 9 de la
noche… NADA. Todo se venía abajo, no teníamos remolque, ni posibilidad de
conseguir uno y faltaban apenas unas horas para salir de viaje. Con toda la
ilusión por los suelos, más la vergüenza de tener que llamar para cancelar la
recogida del motor y del coche, decidimos aguantar un poco más de tiempo e
irnos al bar, junto con mi chica, a ver el partido de futbol con la esperanza
de poder ver a alguien que nos pudiese echar una mano. Mientras tanto, empecé a
buscar por internet con el móvil alquiler de remolques. Sabía que era
imposible, eran casi las 10 de la noche de un sábado, ¿quién iba a estar
abierto a esas horas?, y peor aún, ¿quién nos lo alquilaría para salir de viaje
dentro de 5 horas?. Encontré un anuncio, alquiler de remolques para transporte
de automóviles en Ciempozuelos por 100€. Con ninguna esperanza llamé… esperé
varios tonos y ¡hostia, me lo han cogido! Con un poco de agobio le explique la
situación, necesitábamos un remolque para YA y se lo devolveríamos el lunes,
pero la suerte parecía seguir sin estar de nuestra parte, el hombre estaba de
viaje en Sevilla y se había llevado el remolque, pero nos dio una esperanza,
nos dijo que le dejásemos 10 minutos y que nos llamaría.
Diez y media de la
noche y suena el teléfono.
- ¿Dime?
- Os he conseguido un remolque de un amigo, tenéis que iros ya para Ciempozuelos a por él, que el dueño va a interrumpir una cena familiar para acercároslo.
Poco falto para
soltar una lágrima… Parecía increíble, pero no había tiempo que perder. Cogimos
el Frontera y carretera a por el remolque!
Llegamos a la nave
industrial, había dos hombres con el remolque y estaban desatornillando los
soportes de moto que tenía el remolque. Dimos marcha atrás, enganchamos el
remolque, enchufamos los cables y MIERDA!! No funcionan las luces! Vamos a
hacer una gran parte del viaje de noche… ¿y ahora qué? Pues nada, no hay más
remedio que seguir adelante. Nos llevamos el remolque hasta mi casa, y durante
el viaje yo no dejaba de pensar que en cualquier momento nos podría parar la
guardia civil, o peor aún, que nos alcanzase un coche por detrás. Así que se me
ocurrió una idea… las luces de la bicicleta. Se las ponemos atrás al remolque y
por lo menos tenemos algo que haga de luces de posición. Así que al llegar a
casa busqué por todos lados las luces de las bicicletas, pero solo encontré
una, la luz de la bici de mi chica no estaba. A estas alturas ya daba todo
igual, era la 1:00 de la mañana y en dos horas había que salir de viaje, así
que le puse la única luz que teníamos:
Si os fijáis, la
podéis ver encendida en el lado izquierdo. Así que dejamos el coche aparcado
delante de casa, y nos fuimos a dormir… que en dos horas había que levantarse
para empezar el viaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario